
Conoce nuestra historia y valores.
En este camino recorrido hemos sido consistentes con los ideales de nuestros fundadores, calidad académica, humana y espiritual. Conjugando tradición y una visión innovadora hemos trascendido generaciones, las familias se han identificado con nuestra propuesta pedagógica y nos reconocen como el mejor lugar para que sus hijos crezcan, aprendan, compartan y hagan amigos.
Estamos preparados para proyectarnos y responder a las exigencias de un mundo en constante cambio. Educar para la vida es nuestra respuesta, consecuentemente formamos seres humanos íntegros, competentes y con solidos valores, capaces de recrear nuevas condiciones y realidades siempre en procura del bienestar común.
Somos una Institución Educativa reconocida como una de las mejores en la formación integral e inclusiva de seres humanos capaces, críticos, con pensamiento flexible y dispuestos al cambio, con virtudes y valores que fomentan un ambiente de igualdad, equidad y seguridad a todos los seres que lo habitan, para lo cual contamos con el apoyo de un equipo humano profesional y una comunidad educativa comprometida.
Ser la Institución que garantiza una educación inclusiva, equitativa y de calidad, con la participación proactiva de la comunidad educativa en la formación de ciudadanos dotados de conocimientos, aptitudes, actitudes y prácticas en favor de la vida y el ambiente.
En 1966 la Institución inicia sus actividades académicas reconocida como Escuela Particular Pensionado Mixto Paulo VI. Nombre que eligieron sus fundadores por su gran contribución para buscar y conseguir la paz y la unidad del pueblo cristiano.
Para el año 2005 la Dirección Provincial de Educación y Cultura de Pichincha resolvió cambiar el nombre de “Paulo VI” por el de “Giovanni Battista Montini Paulo VI”.
Parte de nuestra historia debe ser precisamente conocer la información más significativa de este gran personaje. Paulo VI participó en el desarrollo de la mayoría de los documentos conciliares en los cuales se reconocen cuatro ideas básicas como pilares de la educación y que han trascendido hasta la actualidad.
El valor de la persona, que es el centro y protagonista de su propia educación.
La importancia de que en la educación se trabaje para el desarrollo integral de la persona cuerpo, alma y mente.
El orientar la educación hacia la mejora social, ya que el ser humano forma parte ineludiblemente de un grupo, que le alimenta, sostiene y educa.
La primera escuela de educadores es la familia con la que siempre debe colaborar para el bien de las personas.
De su madre heredó la mística y tenacidad para enfrentar los desafíos de la sociedad.
Con ella nace una visión de servicio a la educación, teniendo claro que es un proceso que nunca termina. “Caminamos en la educación forjando el destino de la Patria” fue la consigna que guió su misión como educadora. Su vida trascendió dejando ciudadanos comprometidos con el cambio y el bienestar de la sociedad, siempre guiados con la bendición de Dios.
Desde pequeño comprendió que el esfuerzo y la perseverancia dan buenos frutos. El lema “Servir es crecer”, siempre alineó sus acciones.
Con emoción recordaba aquel 10 de mayo de 1966 cuando “su casa” como él llamaba al PAULO VI abrió sus puertas. De sus padres heredó la humildad y el servicio hacia los demás; éstos fueron sus principios y aporte a la Institución. El buen trato y la responsabilidad fueron siempre su carta de presentación.
El trabajo arduo, la ayuda y la cooperación en el entorno familiar fueron los pilares que formaron su carácter. “Se nace para aprender y se muere aprendiendo” es la frase que ha motivado su vida como maestro y formador de juventudes.
Hoy “papá Terán” como lo llaman con gran respeto y aprecio, es reconocido por su rectitud, responsabilidad y calidez; cualidades que ha sabido contagiar a sus compañeros y estudiantes.
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